A medida que la transformación digital avanza, la seguridad física en los data centers se erige como un componente estratégico fundamental para garantizar la resiliencia y continuidad del negocio. Más allá de ser un simple requisito regulatorio, la inversión en medidas de seguridad física protege no solo la infraestructura tangible, sino también la integridad de los datos que albergan. Con un enfoque en la seguridad integral, es posible mitigar riesgos y optimizar la operación, evidenciando que este aspecto es esencial para el éxito organizacional.

Las innovaciones tecnológicas están revolucionando la seguridad física en estos entornos críticos. Desde sistemas de vigilancia modernos que detectan comportamientos inusuales, hasta controles de acceso biométricos que garantizan la autenticidad de los usuarios, estas herramientas permiten un monitoreo efectivo y proactivo. Además, integrar análisis de datos en las estrategias de continuidad del negocio puede ayudar a prevenir incidentes y mejorar la eficiencia operativa, consolidando un enfoque unificado que combina la seguridad física y la ciberseguridad para una protección robusta.

Este será el tema de uno de los paneles del 25 de septiembre en el DCD>Connect Cancún. Dos de los participantes han anticipado sus ideas a DCD. Nicolás Castro, Head of Data Center Infrastructure de Ufinet en Chile, y Osvaldo Camaño, Gerente de Seguridad Física en KIO, destacan la inteligencia artificial como la principal tendencia tecnológica que transformará la seguridad física de los data centers.

“Algunas de las principales innovaciones en la seguridad física para data centers incluyen la aplicación e integración de tecnologías impulsadas por AI, como la aplicación de sistemas de monitoreo CCTV capaces de analizar imágenes y comportamientos repetitivos, sospechosos, o patrones de comportamiento inusuales en tiempo real. Esto permite identificar tempranamente factores que puedan poner en riesgo las instalaciones físicas y la operación de los centros de datos”, afirma Nicolás Castro.

Además de resaltar la importancia de los sistemas analíticos en cámaras (CCTV), los dos líderes coinciden al mencionar otras aplicaciones, como sistemas de control de acceso avanzados con reconocimiento biométrico, facial y escaneo de iris con una configuración de múltiples factores, así como la integración de dispositivos de monitoreo.

A pesar de que muchos sistemas actuales recopilan datos de seguridad, no se aprovecha todo el potencial de esa información. La integración con el plan de continuidad de negocio de cada empresa permitiría generar análisis de tendencias y patrones capaces de detectar vulnerabilidades y oportunidades de mejora. Sin embargo, según Osvaldo Camaño, falta ofrecer formación al personal:

“Creo que no son lo suficientemente aprovechados, ya que muchas de las veces esto se debe a la falta de capacitación al personal que opera los sistemas. Esto sería de gran utilidad para contar con datos concretos y eficientizar la operación y disminuir incidentes.”

La integración de la seguridad física y la ciberseguridad crea un enfoque más sólido y unificado para la protección de los data centers. Para Nicolás Castro, la combinación de estos dos aspectos puede beneficiarse cada vez más de recursos tecnológicos emergentes:

“Aplicaciones de AI, Machine Learning y Data Analysis permiten justamente el trabajo en conjunto de ambos mundos, logrando predecir y anticipar brechas que pudieran surgir en cada caso, permitiendo establecer respuestas y planes de recuperación de desastres coordinados y ágiles ante cualquier eventualidad, e incluso evitar la ocurrencia de incidentes.”

Es fundamental cambiar la percepción general que se tiene de la seguridad física en los data centers y demostrar que es un aspecto estratégico y no solo un requisito regulatorio. Como dice Osvaldo Camaño, esta “es una parte esencial dentro de los centros de datos, ya que es el primer contacto con clientes, proveedores y personal interno, y es el primer filtro para acceder a los centros de datos”. Se trata de un aspecto que influye y contribuye directamente en la resiliencia y continuidad del negocio, además de garantizar la confianza de los clientes.