Científicos en China han desarrollado un sistema de “cerebro en chip” que combina materia cerebral humana cultivada en laboratorio con un chip de interfaz neuronal para alimentar un robot llamado “organoide”.

Ha sido desarrollado por investigadores de la Universidad de Tianjin y la Universidad de Ciencia y Tecnología del Sur.

El cerebro artificial que controla el sistema aparentemente puede interactuar con información externa, codificando, decodificando y respondiendo a la retroalimentación de estímulos cuando está conectado a chips de electrodos. Un informe del diario estatal Science and Technology Daily afirma que se puede instruir al robot para evitar obstáculos, rastrear y agarrar mediante lo que el medio de comunicación describió como "control mental".

Según el informe, el cerebro artificial se ha cultivado in vitro utilizando tecnología de células madre, lo que ha permitido a los científicos crear un órgano similar al cerebro a partir de versiones simplificadas de tejido cerebral que tienen una función y una estructura similares a las del cerebro. Sin embargo, a pesar de haber sido cultivado en un laboratorio, el equipo de investigación de la Universidad de Tianjin afirmó que el cerebro todavía se enfrenta a desafíos como la baja madurez y el suministro inadecuado de nutrientes.

La tecnología es una forma de interfaz cerebro-computadora, que proporciona un vínculo de comunicación directo entre la actividad eléctrica en el cerebro y un dispositivo externo, como una computadora o una extremidad robótica.

El ejemplo más conocido de esta tecnología en los últimos años ha sido el trabajo realizado por Neuralink de Elon Musk. A pesar de que la empresa fue acusada de matar al menos a 25 monos y someter a otros a un "sufrimiento extremo" durante la fase de pruebas con animales de la tecnología, en enero de 2024 Musk reveló que un dispositivo Neuralink había sido implantado con éxito en un ser humano.