El acelerado crecimiento de la demanda de capacidad de transmisión -que debería aumentar aún más con la tecnología 5G- ha venido exigiendo la implementación de una nueva generación de redes ópticas, basadas en cables con alta densidad de fibra, pero con diámetro y peso reducidos. Esta es precisamente la propuesta de tecnología de cable óptico de cinta flexible, que se está desarrollando en el país en alianza entre CPQD y Prysmian, en un proyecto que cuenta con el apoyo de EMBRAPII e incentivos de la Ley de Informática.

“La demanda del mercado se está dirigiendo hacia la necesidad cables cada vez más densos, que permitan el uso de la misma infraestructura para pasar una mayor cantidad de fibras ópticas”, dice Marcelo de Araújo Andrade, VP Business Telecom - LatAm de Prysmian. Esto requiere compactar las fibras en la cuerda para lograr dimensiones muy reducidas a pesar del aumento de densidad. 

Bruno Nogueira Aires, investigador de CPQD, explica que la tecnología de la cinta consiste en conjuntos de fibras unidas entre sí, formando una cinta con 12 o incluso 24 fibras, lo que permite compactarlas dentro del cable. “Además de incrementar la capacidad de transmisión del cable, esta tecnología también reduce el tiempo de instalación, ya que permite realizar empalmes masivos”, añade. “La cinta flexible permite un alojamiento circular de las fibras dentro de los tubos de protección, lo que aumenta aún más la capacidad del cable y permite un mayor doblado y flexión en comparación con los cables de cinta convencionales”, enfatiza.

João Carlos Vieira da Silva, gerente de I + D de Telecom LatAm en Prysmian, destaca la agilidad en la instalación, y también en el mantenimiento, como una de las principales ventajas de la nueva tecnología. “El proceso de empalme de fibras es mucho más rápido, ya que es posible realizar las 12 fusiones simultáneamente”, dice. “Un cable óptico convencional con 864 fibras, por ejemplo, tardaría aproximadamente 20 horas en instalarse, con todos los empalmes necesarios. Con la tecnología de cinta flexible, el tiempo de instalación desciende a 3 horas”. Además, según él, la compresión permite tener 1.728 fibras en un cable de 25 milímetros de diámetro. “Debido a que tiene dimensiones reducidas y gran flexibilidad, el cable plano flexible se puede ajustar a diferentes proyectos con mayor facilidad”, concluye Silva.

El proyecto realizado por la asociación CPQD y Prysmian prevé el desarrollo de dos tipos de cables planos flexibles: dieléctricos, para instalación en tuberías de redes subterráneas, y autoportantes, para redes aéreas. Su finalización está prevista para marzo de 2022.