El enorme cohete Starship de SpaceX ha logrado su primer vuelo de prueba con éxito.

La compañía logró llegar al espacio con un vuelo de prueba en marzo, pero ese esfuerzo terminó con la desintegración del cohete más poderoso del mundo en su regreso a la Tierra.

Esta vez, tanto el propulsor Super Heavy como la nave espacial principal lograron un aterrizaje suave en el océano. En su punto máximo, el Starship alcanzó una altitud de 210 km a una velocidad superior a 16.000 mph (25.700 km/h).

Sin embargo el vuelo no estuvo exento de problemas: parece que uno de los 33 motores Raptor del Super Heavy no funcionó, mientras que el Starship perdió las placas del escudo térmico y vio cómo se incendiaba su aleta delantera.

“¡A pesar de la pérdida de muchas tejas y un flap dañado, Starship logró un aterrizaje suave en el océano!” Dijo Elon Musk, director ejecutivo de SpaceX, en la red social X.

Starship espera ser capaz de elevar 150 toneladas métricas de carga a la órbita terrestre baja, y la compañía quiere expandir esa cifra hasta 250 toneladas métricas. Esto reduciría drásticamente los costos de entrega de satélites y permitiría trasladar activos más grandes al espacio.

También es clave para la misión Artemis III de la NASA a la Luna, así como para los futuros planes de colonias en Marte.