Con más del 50% de la población instalada en las ciudades, es necesaria una potente transformación digital y económica para llegar a ser referencia a escala mundial y que las empresas que operan a nivel mundial consideren la ubicación perfecta para sus sedes. La competitividad urbana reside, principalmente, en transformarse y adelantarse a los rivales por la inversión, los negocios y el talento para favorecer el crecimiento del ecosistema digital.

Basándonos en el reciente estudio publicado por DE-CIX: The birth of an international Internet hub: a playbook for developing a digital society, Dubái es el claro ejemplo de una infraestructura líder en el mundo y de un ecosistema de Internet sólido y saludable. Durante la última década, las capacidades y el ecosistema digital de la ciudad de Dubái se han disparado. Gracias a una combinación de la estrategia de digitalización y la inversión en infraestructura, además de la creación de un entorno normativo moderno, ágil y con visión de futuro, se ha convertido en un punto geográfico muy atractivo para las empresas e inversores y esto hace que las empresas decidan ubicar allí sus centros de control.

Analizando las principales conclusiones del estudio, cualquier región es capaz de transformarse por sí misma, de modo que aquellos mercados que sufren de falta de madurez digital o de liberalización también pueden desarrollar en sus regiones geográficas la construcción de las economías digitales del futuro.

¿Qué hace falta para mejorar la infraestructura?

Disponer de un buen acceso a la infraestructura digital no es solo una cuestión de comodidad para el desempeño de la vida personal o un factor de éxito empresarial, es de vital importancia para el desarrollo de una ciudad, región o nación. Por eso, los puntos de intercambio de Internet resultan esenciales para estos ecosistemas digitales, siendo una fuerza motriz para la evolución digital de una región y la clave de la vida digital del futuro.

En el mundo digital en el que nos encontramos, los requisitos de interconexión aumentan de forma paralela al crecimiento de los servicios y productos basados en datos y en la nube. Los empleados que trabajan en un entorno virtual o híbrido dependen de las aplicaciones empresariales y del acceso rápido a datos y contenidos. Y las empresas que prestan estos servicios necesitan que sus clientes reciban la mejor calidad posible.

Una ciudad necesita investigar qué le hace falta para convertirse en un hub de Internet no solo para llegar a ser un centro estratégico para las empresas sino para lograr un profundo impacto económico.

Promover iniciativas de digitalización, empezando por el establecimiento del UAE-IX y la habilitación del desarrollo de un ecosistema digital local no sólo han aumentado el rendimiento y la resistencia de la conectividad a Internet y se ha reducido su coste, sino que además el crecimiento del ecosistema digital local ha impulsado cambios a múltiples niveles, atrayendo inversiones masivas al país y haciendo que el talento lo llame hogar.

Pero, ¿a qué se debe esto?

En el mundo digital actual, los requisitos de interconexión aumentan paralelamente al crecimiento de los servicios y productos basados en datos y en la nube. Los empleados que trabajan en un entorno virtual o híbrido dependen de las aplicaciones empresariales y del acceso rápido a datos y contenidos. Y, en este sentido, las empresas que prestan servicios digitales a sus clientes necesitan que estos servicios se lleven a cabo con la mayor calidad posible.

Y aquí es donde la latencia (el tiempo que tardan los datos en viajar desde un dispositivo de usuario hasta su destino para ser procesados y viceversa) desempeña un papel fundamental. Hay que tener en cuenta que las aplicaciones en las que se basará nuestro futuro digital, como el IoT inteligente y las aplicaciones que requieren respuestas en tiempo real (como la conducción autónoma), requerirán una latencia extremadamente baja. Esto significa que la conectividad entre los centros de datos (donde se procesan y almacenan estos datos) necesita la ruta más corta hasta el dispositivo del usuario (donde se consumen los datos). Es decir, las rutas de datos más cortas se crean interconectando directamente las redes a nivel local en un punto de intercambio de Internet (IX).

Según un estudio del Centro Leibniz de Investigación Económica Europea (ZEW), las ciudades con una economía digital muy desarrollada son más competitivas y crecen más deprisa que sus homólogas más analógicas. Además, no sólo la región en cuestión se beneficia de una buena infraestructura de banda ancha, sino también las regiones vecinas peor conectadas. Por lo tanto, a medida que cada región fortalezca individualmente su propia conectividad e infraestructura digital, los efectos de flujo se dejarán sentir de manera más amplia, permitiendo también a las regiones de alrededor acceder a una mejor conectividad.

Este contexto está promoviendo la aparición de un nuevo modelo de hub internacional de Internet, lo que otorga un reconocimiento mundial a los avances que se han logrado en los últimos años. Para habilitar, amplificar y mejorar los cinco pilares que conforman un internacional de Internet, los pasos secuenciales básicos deben basarse en compartir una misma visión y llevar a cabo un fuerte desarrollo y ejecución de un plan estratégico, fomentar el crecimiento del ecosistema digital y tratar de ser líder regional en términos de medioambiente y gestión social.


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