Un nuevo informe del grupo de expertos Interface ha descubierto que el nivel de fabricación de semiconductores que la Unión Europea (UE) espera fomentar en virtud de la Ley de Chips de la UE podría provocar que la industria del continente genere tantos gases de efecto invernadero como los productos químicos, el hierro y el acero, y sectores de la aviación.

Interface sostiene que si el bloque político logra sus objetivos de aumentar su capacidad de producción global de semiconductores del ocho por ciento al veinte por ciento para 2030, las emisiones del sector podrían aumentar hasta ocho veces.

Si bien se plantean muchas preocupaciones ambientales y de sostenibilidad sobre la cantidad de energía consumida por los centros de datos que han implementado GPU para soportar cargas de trabajo intensivas en IA, Interface destaca que el proceso de fabricación de semiconductores puede ser igualmente dañino para el medio ambiente.

El informe señala que, en el mejor de los casos, según los planes actuales, las emisiones relacionadas con los semiconductores en el continente alcanzarían aproximadamente 40 megatones en 2030, frente a los 10 megatones de 2021. En el peor de los casos, las emisiones del sector superarían los 100 megatones, superando a las industrias tradicionales con mayores emisiones.

Además, encontrar alternativas a las peligrosas sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), también conocidas como "químicos permanentes", también es un proceso largo y complicado debido a la dependencia actual de la industria de ellas y los obstáculos regulatorios que cualquier sustituto tendría que superar.

El informe también señala que debido a los desafíos de la cadena de suministro que han dominado la industria de los semiconductores en los últimos años, las empresas a menudo excusan su incumplimiento de los objetivos de sostenibilidad con la necesidad de satisfacer la demanda cada vez mayor de chips.

Para ilustrar esto, Interface destaca el hecho de que el 74 por ciento de las emisiones anuales de Apple provienen de su producción manufacturera, y los semiconductores utilizados para producir sus productos electrónicos representan la mitad de la producción de gases de efecto invernadero de la empresa.

Es probable que la transición de la industria hacia métodos de producción más sostenibles sea un proceso largo; el informe afirma que aumentar el uso de energía renovable, desarrollar soluciones de limpieza química y llevar al mercado alternativas químicas sin PFAS podría llevar décadas.

El informe también critica la falta de datos disponibles para evaluar lo que llama la verdadera huella ecológica de la industria de los semiconductores, ya que cualquier evaluación "se ve obstaculizada por datos insuficientes y una falta de estandarización, especialmente en lo que respecta a las emisiones de alcance 3 y la diferenciación entre front-end y procesos de back-end”.

“Es imperativo actuar ahora y garantizar que tanto las estrategias de expansión de capacidad actuales como futuras den prioridad a las consideraciones climáticas y ambientales”, concluye.