Investigadores alemanes han cerrado un "centro de datos operado por delincuentes" en un antiguo búnker de la OTAN que, según afirman, era utilizado para alojar sitios que venden drogas, pornografía infantil y otras ilegalidades.

Más de 600 policías irrumpieron en el centro de datos 'CyberBunker' en Traben-Trarbach, Alemania occidental, donde confiscaron aproximadamente 200 servidores. Siete personas fueron arrestadas.

El fiscal Juergen Bauer informó a los periodistas que, junto con los siete arrestos, la investigación de larga duración está investigando a otras personas de entre 20 y 59 años. Ninguno de los sospechosos estaba en el centro de datos en ese momento, y los arrestos tuvieron lugar en un restaurante local a las afueras de Frankfurt.

Entre los servicios ilegales presuntamente alojados en el centro de datos alemán estaban Cannabis Road, Fraudsters, Flight Vamp 2.0, orangechemicals y el segundo mercado de narcóticos más grande del mundo, Wall Street Market.

La antigua instalación de la OTAN fue adquirida en 2013 de la Oficina de Geoinformación de la Bundeswehr, por un holandés no identificado, que es el principal sospechoso. Los informes de prensa en el momento describen el sitio como una estructura de varios pisos con un espacio de 5.500 metros cuadrados. Tiene dos edificios de oficinas adyacentes con una superficie total de 4.300 metros cuadrados y se encuentra en un terreno de 13 hectáreas.

Un artículo de 2012 en Immobilien Zeitung revela que el sitio ya estaba siendo utilizado como centro de datos por los militares, y tiene cuatro plantas subterráneas que alcanzan una profundidad de 25 metros.

El holandés, que ahora tiene 59 años, actualizó el búnker "para ponerlo a disposición de los clientes, según nuestras investigaciones, exclusivamente para fines ilegales", declaró el jefe regional de la policía criminal, Johannes Kunz. "Creo que es un gran éxito que pudiéramos lograr que las fuerzas policiales entrasen al complejo, que todavía está asegurado al más alto nivel militar", agregó Kunz.

"Tuvimos que superar no solo las protecciones reales o analógicas; también rompimos las protecciones digitales del centro de datos".

Cuando se compró el búnker en 2013, el nuevo propietario no fue identificado, pero también estaba involucrado con CyberBunker, el supuesto operador de un centro de datos holandés en de la Guerra Fría.

El caso contra los acusados ​​todavía está abierto. Sin embargo, aunque se incautaron 200 servidores, algunos informes sugieren que podría haber hasta 2.000 en la instalación.