Hubo un tiempo en que las carreteras, aeropuertos, puertos y ferrocarriles eran las grandes palancas del crecimiento de la riqueza de un país. En 2019, sin embargo, lo que definirá los países de América Latina que saldrán al frente de la recuperación de la economía es la infraestructura digital - data centers y redes de telecomunicaciones operando en un ambiente que acelere la innovación. Es esencial, también, perseverar el fortalecimiento del nivel educativo de la población, colaborando para que cada ciudadano sea capaz de diseñar un nuevo futuro para él mismo, su familia, su empresa y su país. El mundo ya está organizado a partir de esta lógica. Según el World Economic Forum 2017, Singapur, Finlandia y Suecia son los países más digitalizados del mundo y eso se refleja en la pujanza de sus economías. Hay una fuerte relación entre economía digital, productividad y competitividad. Donde hay digitalización, hay riqueza.

En este momento de transición, es hora de dar los pasos necesarios para que Brasil y América Latina abracen la Transformación Digital y salten hacia el futuro.

El contexto es favorable a ello. Según el informe del World Bank de 2017, el 43% de la población de nuestra región tiene menos de 25 años y el 80% vive en grandes ciudades. La generación Millenium ya nació conectada y no sabe vivir sin smartphones. Una encuesta de la Fundación Getúlio Vargas (FGV) indica que en 2017, Brasil pasó a contar con 208 millones de aparatos celulares. En Chile, el 65% de sus 18 millones de habitantes tienen un smartphone. Una encuesta hecha por el portal Statist indica que en 2018, en toda América Latina, el 43% de la población cuenta con al menos un smartphone. Vale recordar, también, de lo que está ocurriendo en Colombia. El gobierno del presidente electo este año, Iván Duque, propuso cinco años de exención fiscal a las empresas digitales que operan en el país y generan un cierto número de empleos.

Río de Janeiro es una Smart City

Otro factor que atestigua el deseo de avance de nuestra región es la existencia de varias SmartCities en América Latina. Según una encuesta realizada en 2017 por el centro global de estudios CitiesDigest, una Smart City es una localidad que utiliza soluciones y servicios de TI y Comunicaciones para crear una infraestructura favorable para mejorar la calidad de vida y al crecimiento de los negocios a escala internacional. Esta lista incluye a Río de Janeiro, Santiago (Chile), Ciudad de México (México), Bogotá y Medellín (Colombia), Buenos Aires (Argentina) y Montevideo (Uruguay).

Todas estas conquistas han sido fuertemente basadas en un determinado modelo de servicios digitales: la nube.

En los últimos 7 años, nuestra región ha aprendido lo que es Cloud Computing. Hoy las empresas y los países viven la realidad en la que la nube recibe aplicaciones y servicios y se accede a través de dispositivos de todo tipo, en todo momento, desde cualquier lugar. Los datos de la consultora IDC, indican que, sólo en Brasil, la adopción de la Computación en Nube ha crecido año a año desde 2012 - entre 2016 y 2017, ese índice fue del 29%.

Sin embargo, en 2019, es esencial comprender los límites de Cloud Computing.

Para seguir ampliando la Transformación Digital en Brasil, se hace necesario sumergirse en el concepto de Edge Computing.

Edge Computing no compite con Cloud Computing - se complementan.

La gran misión de Edge Computing es reducir la latencia de las aplicaciones, bajando en milisegundos o nanosegundos el tiempo de acceso a un sistema en línea. Para disminuir la latencia, Edge Computing coloca el procesamiento en los extremos de la red, fuera de los grandes centros de datos y nodos principales. Por motivos estratégicos, el modelo Edge Computing determina que el procesamiento de al menos parte de los datos ocurra en la periferia de la red, en centros de datos menores o modulares distribuidos por regiones de América Latina antes no tan digitalizadas.

La meta de Edge Computing es acortar la distancia geográfica entre donde se recoge y / o se consume la información y el punto de procesamiento. La latencia es el tiempo que un dado lleva para viajar por la red desde el punto donde fue creado hasta el punto donde será procesado o consumido.

Varios factores explican la importancia de esta Transformación Digital. La diseminación de ambientes IoT (Internet of Things) en áreas antes invisibles a la TI - campos cultivados de gigantes del Agronegocio, grandes plantas industriales o de energía - es una de esas palancas. La creciente demanda de aplicaciones de streaming (caso de Netflix, Amazon Prime Video, etc.) es otra - se trata de un tipo de aplicación que sólo ofrece buena calidad de servicio (QoS) cuando se apoya también en procesamiento local, en fecha centros cercanos al lugar de consumo del streaming. Las aplicaciones como telemedicina, coches autónomos, realidad virtual y realidad aumentada también dependen de la alianza entre Cloud Computing y Edge Computing para convertirse en reales en nuestra región.

En 2019 y en los años que vienen, veremos quién entendió la fuerza de Edge Computing y se movió para hacer esto real y quien perdió esa oportunidad de crecimiento. Se trata de profundizar la Transformación Digital y generar mucha riqueza, incluso fuera de los grandes centros urbanos de América Latina, incluso en el universo de empresas SMB.

La riqueza a ser generada por servicios y soluciones de Edge Computing es algo que tendrá un fuerte impacto en Brasil.

La propia naturaleza distribuida de este modelo de servicios abre oportunidades de negocios para reproductores de menor tamaño, ubicados en áreas aún a ser desbravadas digitalmente. En los próximos años, las personas subiendo en la escala social gracias a la inteligencia de su oferta de Edge Computing, será algo similar a lo que ocurrió a principios de los años 90, cuando los mainframes pasaron a convivir con la arquitectura cliente / servidor. Cuando entra el Edge Computing, aumenta el acceso a las oportunidades.

La Transformación Digital gana ahora un nuevo alcance. Será más fácil aliviar la pobreza, garantizar la transparencia de los gobiernos y contribuir al bienestar de las personas de nuestra región. Vale la pena buscar la Edge Computing y, ya en 2019, evaluar los resultados de la aplicación de este concepto en Brasil.