Mientras que cada nueva generación de smartphones y tecnología de red móvil nos ha anunciado una nueva era en las comunicaciones de alta velocidad y el inicio de nuevos servicios, el 5G ha irrumpido como un paso evolutivo que dará un salto de unas dimensiones tan grandes que no hemos conocido precedentes por el conjunto de oportunidades que ofrece tanto al sector tecnológico como a la sociedad. Sus implicaciones están siendo examinadas, sobre todo, por los sectores de la industria que están destinados a ser revolucionados cuando se ponga en marcha.

Los procesos de fabricación no son una excepción; de hecho, sus beneficios podrían ser mucho más considerables que en otras áreas. Según un estudio realizado por la empresa multinacional de redes y telecomunicaciones Ericsson, con el despliegue de los teléfonos y redes 5G, el potencial de negocio para el sector industrial en 2026 será de unos 113.000 millones de dólares.

En la misma línea, un informe de Capgemini titulado '5G in industrial operations: How telcos and industrial companies stand to benefit', afirma que “el 80% de los líderes del sector industrial creen que el 5G será vital para su digitalización en los próximos cinco años”.

Transformación Digital

La mayor amenaza para las fábricas es la incapacidad de producir para responder a las condiciones del mercado y a las cambiantes demandas de los clientes con la rapidez necesaria. Necesitan tener la capacidad de "escalar" en un momento dado, requiriendo una cadena de valor interconectada y una infraestructura digital ágil, así como una gestión de mantenimiento.

Los fabricantes tienen que hacer frente a innumerables retos de conexión: desde el aumento de dispositivos conectados (IoT) y del tráfico de datos hasta la reducción del consumo de energía y el aumento de la seguridad. En este sentido, el 5G se presenta como la promesa que revolucionará la forma en la que los fabricantes son capaces de desenvolverse en esta industria tan competitiva. Los beneficios potenciales del uso de esta tecnología son muy dispares: desde la reducción de los plazos de entrega para la reconfiguración de la producción en la misma fábrica hasta una disminución de los costes gracias a la planificación de recursos empresariales y a una mayor flexibilidad.

Y, junto a todo esto, el Internet Industrial de las Cosas (IIoT), el Cloud Computing, el Big Data y la Computación Cognitiva –conocidos conjuntamente como Industria 4.0– están comenzando a ofrecer sistemas y procesos avanzados como nunca se había visto.

Ahora, con el 5G catapultando el cambio en el mundo que nos rodea, las fábricas necesitan entender las implicaciones técnicas de esta cuarta revolución industrial asegurándose, sobre todo en términos de gestión de su infraestructura, que están totalmente preparadas para lo que viene.

En un mundo en el que las tecnologías no paran de evolucionar y donde, por la Disrupción Digital, estamos cambiando la forma de hacer negocios de una manera tradicional a una nueva mucho más digital, ¿podrán las empresas mantener su posición de liderazgo frente a los competidores a la vez que manejan el rápido aumento del tráfico de datos que inevitablemente traerá el 5G?

Aumentando la productividad a través del conocimiento

Equinix ha publicado recientemente el tercer volumen anual del Índice de Interconexión Global, en el que se ha medido y pronosticado el crecimiento del ancho de banda de la interconexión; es decir, la capacidad total suministrada para el intercambio privado y directo de datos entre compañías fuera del internet público. Los resultados mostrados en este estudio sugieren que quizá no haya ninguna otra industria que experimente una revolución digital similar a la del sector manufacturero.

De hecho, este documento también muestra que la industria manufacturera –uno de los sectores industriales más descentralizados físicamente– está experimentando un alto crecimiento y aumento de su eficiencia gracias a la digitalización. Se espera que este sector represente el 12% de todo el ancho de banda de la interconexión a nivel mundial. Es probable que este crecimiento solo continúe a medida que avancemos hacia la implementación generalizada del 5G, los beneficios asociados al concepto de “fábrica inteligente” y a la toma de decisiones basada en los datos.

Las fábricas están explorando cada vez más formas de racionalizar las operaciones para mejorar tanto la eficiencia como la productividad. El atractivo de las mejoras en la velocidad y el rendimiento junto con el potencial de ahorro de costes está animando a los operadores de fábricas a experimentar con las recién llegadas redes 5G de nueva generación.

Esta nueva tecnología de red móvil puede ser hasta 100 veces más rápida que el 4G. El salto que se da hacia adelante es inmenso: permitirá que la comunicación entre los dispositivos conectados y los servidores se realice en tiempo real. La latencia ultra baja permitirá a los fabricantes utilizar dispositivos equipados con sensores y así recoger y procesar rápidamente los datos, mejorando la eficiencia de la producción. Además, el 5G también posibilitará el desarrollo de procesos complejos a una velocidad exponencialmente mayor, aumentando la productividad y ahorrando costes.

Detección de problemas en tiempo real

Los errores o desperfectos en la fabricación de los productos debidos al mal estado o la discordancia de la maquinaria que se utiliza para la producción pueden suponer enormes costes para las empresas: desde el desperdicio de hasta el 25% de los materiales producidos hasta la detención completa de la producción.

Aquí es donde las redes de 5G tendrán también una ventaja operativa: su velocidad y fiabilidad significan que habrá prácticamente cero retrasos entre los dispositivos y los servidores con los que se comunican, ayudando a identificar y a evitar posibles errores antes de que se produzcan. Por ejemplo: los componentes de los vehículos de fabricación de maquinaria tendrán sensores que comunicarán la información a través de redes 5G, lo que permitirá reducir el número de errores y el desperdicio de energía y, a su vez, ahorrar dinero.

El 5G no solo necesitará para funcionar un enorme aumento del volumen del tráfico de datos; también traerá consigo el incremento de la complejidad de esta información. Este horizonte obligará a las corporaciones y organizaciones a enfrentarse a retos que nunca antes habían conocido. Los data centers como Equinix se están preparando para ofrecer sus servicios a otras compañías para asegurarles una infraestructura digital segura, escalable y robusta y hagan frente con toda capacidad a esta situación. De hecho, para que las empresas manufactureras puedan satisfacer las crecientes demandas digitales del futuro, deben rediseñar sus infraestructuras de TI y reinventar las cadenas de suministro, de modo que se construyan en torno al intercambio de datos, la colaboración y la innovación.

La promesa de una red 5G

Gracias al creciente protagonismo de las áreas de innovación en el entorno industrial, condición ya irrenunciable de la industria manufacturera –como el uso de plataformas y software de gestión en la nube para crear una infraestructura digital escalable y segura–las empresas necesitan empezar a planificar cómo utilizarán la latencia ultra baja de una red de 5G para optimizar el mantenimiento predictivo en tiempo real y aumentar la productividad y así mantenerse a la cabeza dentro de un sector tan competitivo.

Con la inminente llegada de esta tecnología, es de vital importancia para los fabricantes contar de forma inmediata con una infraestructura que soporte esta tecnología, asegurándose de que no se quedan atrás y de que pueden ofrecer el mejor servicio posible a los clientes, en la forma y en el momento en el que lo necesiten.