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El Gobierno nacional, a través del Plan de Desarrollo y de diferentes iniciativas promovidas por el MinTIC sigue dando señales de su interés genuino en que la tecnología permee todas las esferas de la sociedad y beneficie a todos los colombianos buscando la consolidación de ciudades inteligentes en el país. No obstante, la implementación de las transformaciones necesarias para convertir estas iniciativas en realidad para los centros urbanos y las regiones de Colombia es lenta y enfrenta diversos retos.

Para abordar el tema, es necesario resolver la pregunta más importante: ¿qué se entiende por ciudades inteligentes? Se puede definir como la inclusión de las nuevas tecnologías dentro de los sistemas de información de colegios, bibliotecas, sistemas de transporte, hospitales, centrales eléctricas, redes de suministro de agua, entre otros servicios. Es decir, las ciudades inteligentes integran la tecnología a aquellos servicios o sistemas, en su mayoría públicos, que hacen posible la vida moderna.

Por lo anterior, es fundamental que los gobiernos apropien el concepto y reconozcan la importancia de la tecnología en la planeación territorial puesto que demanda cada vez más avances en materia de infraestructura enfocada en datos. Sin embargo, los gobiernos no son los únicos responsables en proporcionar soluciones para la apropiación de las tecnologías de información y comunicación (TIC). Por eso el compromiso de incorporar la tecnología en la planeación urbana de los territorios abre la puerta al sector privado para que haga parte activa de esta necesaria transformación.

Uno de los principales retos en este proceso está en determinar en dónde y cómo alojar toda la información. Por eso los centros de datos, y sus sistemas de continuidad, son cruciales para que la información que va a la nube aterrice en algún lado, seguro y con disponibilidad permanente, de acuerdo a las necesidades de los gobiernos, las empresas y personas. Esta parte de la infraestructura es un buen ejemplo de solución en la cual las organizaciones privadas cobran protagonismo y es la razón por la cual compañías de diferentes industrias trabajamos por ser parte de la transformación que necesitan las ciudades.

Desde hace unos años, Vertiv ha desarrollado un ranking para determinar las industrias más críticas, basado en el análisis del impacto que generaría una potencial interrupción de sus servicios. En este escalafón, el sector de “ciudades inteligentes” se calificó como la séptima industria más crítica debido a su alta puntuación bajo los criterios del impacto económico, la inmediatez del impacto, el efecto dominó, la indignación pública o de los medios y el impacto social de una interrupción.

La concepción de las ciudades inteligentes como toda una industria y su inclusión en esta lista, a pesar de no ser un concepto que se haya desarrollado ampliamente en muchas regiones del mundo, demuestra tanto su enorme potencial como la necesidad de utilizar sistemas de infraestructura crítica adecuados conforme se van desplegando nuevas soluciones y sistemas.

Ante estas realidades, es clave apoyar desde todos los frentes este objetivo de avanzar hacia construir ciudades inteligentes, puesto que ya están cambiando la forma en que vivimos y hacemos negocios en los principales centros urbanos. Sin duda, pensar en las ciudades inteligentes también nos impulsa a estudiar y proyectar la infraestructura que necesitamos para ser una Colombia más digitalizada, y nos invita a pensar no solo en el futuro, sino también en el presente y en identificar qué necesita nuestro país para ir a la par con las tendencias mundiales.