Por Philip Kaye, cofundador y director de Vesper Technologies (Vespertec)


En los primeros días de la computación en la nube, las empresas acogieron con entusiasmo las promesas de ahorro de costos, escalabilidad y flexibilidad. Sin embargo, a medida que el panorama de la nube ha madurado, ha surgido una tendencia significativa: la repatriación de la nube. Un estudio reciente de Citrix reveló que el 25 por ciento de las organizaciones del Reino Unido han migrado más de la mitad de sus cargas de trabajo basadas en la nube a infraestructuras locales, lo que indica un cambio en las estrategias de la nube.

La realidad: surgen los desafíos de la nube

El entusiasmo inicial y la prisa por trasladar los datos a la nube se vieron afectados por obstáculos imprevistos. Gastos inesperados, problemas de seguridad, cuellos de botella en el rendimiento, problemas de compatibilidad e interrupciones del servicio obligaron a las empresas a reevaluar la idoneidad de la nube para sus necesidades específicas. 

Como resultado, las estrategias de nube que antes se recibían con entusiasmo han dado paso a enfoques más pragmáticos. Ahora, las organizaciones sopesan cuidadosamente los pros y los contras de las soluciones en la nube frente a las locales, teniendo en cuenta sus requisitos comerciales únicos, las características de la carga de trabajo y los objetivos estratégicos a largo plazo. 

A medida que las empresas se embarcan en su proceso de repatriación a la nube, se enfrentan a desafíos importantes a la hora de implementar una estrategia exitosa y construir una infraestructura local eficiente y de alto rendimiento. Superar estos obstáculos requiere una planificación y una ejecución cuidadosas. 

Paso 1: Auditoría integral de servicios en la nube

El primer paso en cualquier iniciativa de repatriación es una auditoría integral de los servicios de nube actuales de una organización. Esta auditoría debe evaluar el rendimiento, los costos y la eficacia general de cada servicio, identificando las cargas de trabajo adecuadas para la repatriación. Recopilar información detallada sobre los requisitos de recursos de las cargas de trabajo, las dependencias y las características de rendimiento es fundamental para tomar decisiones informadas y establecer prioridades. 

Paso 2: Priorizar las cargas de trabajo críticas y con uso intensivo de datos

No todas las cargas de trabajo son iguales en lo que respecta a la repatriación a la nube. Las empresas deben priorizar las aplicaciones de misión crítica, las cargas de trabajo con uso intensivo de datos o aquellas con requisitos de cumplimiento estrictos, ya que son las principales candidatas para la implementación local. 

Las aplicaciones críticas se benefician de un mayor control, seguridad y garantías de rendimiento, lo que garantiza un funcionamiento ininterrumpido y minimiza los riesgos de tiempo de inactividad. Las cargas de trabajo con uso intensivo de datos, como el análisis de big data y el aprendizaje automático, a menudo requieren acceso de baja latencia a grandes conjuntos de datos, lo que hace que la implementación local sea más rentable y eficaz. 

Las cargas de trabajo con requisitos de cumplimiento estrictos, en particular en industrias reguladas como la atención médica y las finanzas, pueden requerir una implementación local para cumplir de manera más efectiva con las regulaciones de seguridad y soberanía de los datos. 

Paso 3: Anticipar y mitigar los desafíos

La repatriación de datos a la nube es un proceso complejo que requiere que las empresas equilibren los desafíos relacionados con los datos, el software y el hardware. Las organizaciones deben anticipar y mitigar de manera proactiva los posibles problemas que puedan surgir durante el proceso. 

La migración de datos suele ser uno de los obstáculos más importantes, ya que requiere la transferencia segura y eficiente de grandes volúmenes de datos entre entornos locales y en la nube. Las empresas deben planificar y probar cuidadosamente sus estrategias de migración de datos, garantizando la integridad de los datos, minimizando el tiempo de inactividad y cumpliendo con los requisitos de cumplimiento. 

La compatibilidad de las aplicaciones es otro obstáculo potencial, ya que las aplicaciones diseñadas para la nube pueden no funcionar sin problemas en una infraestructura local. Es posible que se necesiten pruebas exhaustivas, validación y posible refactorización o rediseño para garantizar un rendimiento óptimo. 

La capacitación del personal y la transferencia de conocimientos también son aspectos críticos. A medida que las cargas de trabajo se trasladan nuevamente a las instalaciones, los equipos de TI pueden necesitar adquirir o actualizar habilidades relacionadas con la administración, la seguridad y la supervisión de la infraestructura local. Los programas de capacitación integrales y el aprovechamiento de la experiencia externa pueden ayudar a superar las brechas de conocimiento y garantizar una transición sin problemas. 

Construcción de infraestructura local de alto rendimiento

A medida que las organizaciones consideran la repatriación a la nube, deben evaluar cuidadosamente sus requisitos de infraestructura para garantizar una transición fluida y un rendimiento óptimo. Varias estrategias clave pueden ayudar a construir una infraestructura local de alto rendimiento. 

La consolidación de servidores físicos mediante tecnologías de virtualización y la adopción de servidores de alta densidad pueden reducir significativamente el espacio físico dentro del centro de datos. Este enfoque optimiza la utilización del espacio y reduce los costos de energía asociados con la alimentación y refrigeración de una menor cantidad de servidores. Además, la virtualización permite una asignación eficiente de recursos, lo que permite a las empresas aprovisionar y escalar recursos de manera dinámica en función de las demandas de carga de trabajo fluctuantes. 

Los sistemas de refrigeración eficientes son fundamentales para mantener un rendimiento óptimo y reducir los costos de energía. Los métodos tradicionales de refrigeración por aire pueden tener dificultades para satisfacer las demandas térmicas de los entornos informáticos de alta densidad, lo que hace necesario explorar soluciones de refrigeración innovadoras. 

Las tecnologías de refrigeración líquida, como la refrigeración directa al chip o por inmersión, ofrecen ventajas significativas en términos de disipación de calor y eficiencia energética. Al eliminar los complejos sistemas de manejo del aire y acercar la fuente de refrigeración a los componentes que generan calor, la refrigeración líquida puede reducir drásticamente el consumo de energía y, al mismo tiempo, mantener temperaturas de funcionamiento óptimas. 

Además, las organizaciones deberían considerar la posibilidad de implementar técnicas de enfriamiento gratuito que aprovechen fuentes de aire o agua del ambiente para lograr un enfriamiento rentable en condiciones ambientales favorables. Estas estrategias reducen los gastos operativos y contribuyen a los esfuerzos de sustentabilidad al minimizar el impacto ambiental de las operaciones del centro de datos. 

La infraestructura abierta se refiere a sistemas que aprovechan estándares abiertos y software de código abierto, fomentando la interoperabilidad y la personalización. 

Una de las ventajas fundamentales de la infraestructura abierta es que evita la dependencia de un proveedor. Al utilizar sistemas abiertos, las empresas no se ven limitadas a soluciones o plataformas exclusivas, lo que les otorga la libertad de elegir o cambiar entre tecnologías y proveedores según lo dicten sus necesidades o su presupuesto. Esta flexibilidad también posiciona a las empresas para negociar desde una posición más sólida, lo que potencialmente reduce los costos debido a las opciones competitivas. 

El uso de software de código abierto puede reducir significativamente los costos de licencia, mientras que la capacidad de integrar y optimizar diversas tecnologías abiertas a menudo conduce a una reducción de los gastos de mantenimiento y actualizaciones. Por lo general, las infraestructuras abiertas implican menores costos de adquisición y operación en comparación con los sistemas propietarios. 

La flexibilidad y la escalabilidad son ventajas inherentes a los sistemas abiertos. Diseñadas para ser independientes de los proveedores, las infraestructuras abiertas pueden funcionar en diferentes entornos y con diversas tecnologías, lo que permite a las empresas integrar las mejores soluciones de múltiples proveedores sin problemas de compatibilidad. Además, las infraestructuras abiertas son inherentemente escalables y se adaptan rápidamente a las necesidades cambiantes sin modificaciones sustanciales ni costos adicionales. 

Al adoptar un enfoque de infraestructura abierta, las empresas pueden mejorar la flexibilidad, reducir costos y mejorar el rendimiento general a medida que migran de la nube a entornos locales, lo que garantiza un proceso de repatriación a la nube fluido y eficiente. 

El futuro de la informática local

A medida que la repatriación a la nube sigue ganando impulso, las empresas deben mantenerse ágiles y adaptarse a los cambios del mercado, las nuevas tecnologías y las necesidades cambiantes. Lograr el equilibrio adecuado entre las soluciones en la nube y las locales permite el éxito a largo plazo a través de un rendimiento optimizado, rentabilidad y flexibilidad, todos factores fundamentales en el panorama competitivo actual. 

En última instancia, la elección entre la nube y las instalaciones locales dependerá de una evaluación cuidadosa de los requisitos únicos y la visión estratégica de cada organización. Al emprender este camino con una estrategia bien definida y un enfoque en la creación de una infraestructura local de alto rendimiento, las empresas pueden aprovechar todo el potencial de sus inversiones en TI e impulsar el éxito empresarial.