Por Anne-Marie-Tierney-Le Roux, vicepresidenta sénior de tecnología empresarial en IDA Ireland


La industria de los semiconductores, piedra angular del avance tecnológico mundial, se encuentra en medio de las turbulentas aguas de una escasez generalizada de chips. En medio de estos desafíos, Irlanda es uno de los faros de la innovación y la resiliencia, desempeñando un papel fundamental en la fabricación de semiconductores de última generación y en el desarrollo de grupos de talentos de primera clase para respaldar la ambición del sector.

Con casi medio siglo de experiencia, Irlanda ha fomentado un próspero sector de semiconductores, con un sólido grupo de talentos, una red bien establecida de institutos de investigación y actores del sector, y también es sede del FAB más avanzado de Europa. La industria de microelectrónica de Irlanda emplea a más de 20.000 personas, y 15 de las 30 principales empresas de la cadena de suministro de semiconductores del mundo han elegido operar allí, lo que destaca la importancia del país en el panorama mundial de semiconductores.

Irlanda: un próspero ecosistema de semiconductores

El panorama de semiconductores irlandés está anclado en gigantes líderes del mercado como Analog Devices (ADI), Intel, AMD y Qualcomm, empresas sinónimo de innovación tecnológica.

Tanto Analog como Intel sentaron las bases de la industria hace décadas: Analog se instaló en Limerick en 1976 e Intel se estableció en Leixlip en 1989.

En 2023, ambas empresas anunciaron compromisos estratégicos de realizar más inversiones en Irlanda. ADI anunció una inversión de 630 millones de euros en su sede europea en Limerick, prometiendo crear 600 nuevos puestos de trabajo en más de cinco años.

Intel, que ya ha invertido más de 30.000 millones de euros y emplea a más de 5.000 personas, anunció su expansión hacia la fabricación y la I+D de vanguardia, lo que supone la mayor inversión privada de la historia de Irlanda, que asciende a 12.000 millones de euros en marzo de 2022.

Los resultados de esta inversión se pueden ver en la producción a gran escala de la tecnología Intel 4 en su nueva fábrica de Irlanda, lo que consolida el primer uso de la litografía ultravioleta extrema (EUV) en producción en masa en Europa. El año pasado, AMD anunció planes para crear casi 300 puestos de trabajo en Irlanda como parte de una inversión de 124 millones de euros en sus operaciones de investigación, desarrollo e ingeniería de computación adaptativa. En Cork, Qualcomm, con sede en Estados Unidos, anunció una inversión de 140 millones de euros en su centro de I+D, ampliando las funciones estratégicas de la oficina y creando más de 150 puestos de trabajo altamente cualificados.

Con todos estos anuncios importantes en mente, no sorprende que Irlanda se encuentre entre los tres principales lugares de Europa en términos de CAPEX de semiconductores, empleos y número de proyectos asegurados, según datos de FDI Markets, desde enero de 2021 hasta diciembre de 2023.

Además de albergar entidades consolidadas que siguen prosperando, el sector de los semiconductores sigue siendo un terreno fértil para el talento emergente y las nuevas empresas. Impulsado por la innovación y un grupo de talentos vibrante, el país ha visto surgir un florecimiento de nuevas empresas, lo que mejora el dinamismo y la competitividad de la industria. El éxito de estas nuevas empresas se ve a través de acuerdos como la adquisición de Decawave por parte de Qorvo por 400 millones de dólares en 2020 y la compra de Movidius por parte de Intel por 300 millones de euros en 2016.

La experiencia del país en materia de semiconductores se ve reforzada por su sólida infraestructura de investigación, encabezada por el Instituto Nacional Tyndall de Cork y el Instituto CRANN de Dublín. Estas instituciones son fundamentales para ampliar los límites de la I+D en materia de semiconductores, ya que su trabajo abarca la electrónica, la fotónica, la ciencia de los materiales y más.

Cómo afrontar la actual escasez mundial de chips

La actual escasez mundial de chips ha puesto de relieve la importancia fundamental de la tecnología de semiconductores en diversas industrias, lo que ha revelado vulnerabilidades en la cadena de suministro. Con una demanda que supera a la oferta, la industria se enfrenta a desafíos para satisfacer las necesidades de mercados en rápida evolución, incluidos los sectores de Internet de las cosas (IdC), inteligencia artificial (IA) y automoción.

En respuesta a estos desafíos de capacidad, la UE ha adoptado la Ley de Chips, cuyo objetivo es aumentar la participación de la región en la producción mundial de chips al menos hasta el 20 por ciento para finales de la década. El continente necesitará aumentar rápidamente la capacidad en la construcción, equipamiento y operación de las centrales de obleas. Se trata de una tarea altamente especializada, pero en la que Irlanda tiene experiencia (gracias a su avanzado sector de semiconductores), lo que podría darle una ventaja.

Las universidades de Irlanda comprenden la importancia de contar con capacidades clave de ingeniería para el futuro y están innovando en I+D para garantizar que sigan desarrollando grupos de talentos. Esto se puede ver en los esfuerzos de colaboración del Centro de Circuitos Microelectrónicos (MCCI), Materiales Avanzados y Bioingeniería (AMBER), el Centro Irlandés de Integración Fotónica (IPIC) y Connect.

Irlanda está desarrollando una estrategia nacional de semiconductores, liderada por el Departamento de Empresa, Comercio y Empleo, para aprovechar las oportunidades que plantea la Ley de Chips de la UE y cumplir las ambiciones del sector para Irlanda.

El futuro de la industria de semiconductores es prometedor y permitirá tecnologías transformadoras como la IoT, la IA y la computación cuántica que revolucionarán diversos sectores, desde la atención médica hasta la automoción y más allá. Con una rica reserva de talentos, los mejores actores de la industria e institutos de investigación avanzados, Irlanda se encuentra en un momento crucial en este panorama para fortalecer aún más el ecosistema de semiconductores bien establecido y aprovechar las oportunidades emergentes.