Por Gordon Johnson, gerente sénior de CFD en Subzero Engineering


Los centros de datos, en particular los que manejan computación de alto rendimiento (HPC), corren el riesgo constante de convertirse en activos abandonados. Los activos abandonados pueden ocurrir cuando las instalaciones no cumplen con su capacidad diseñada, ya no son económicamente viables debido a cambios en la tecnología o las necesidades comerciales, o no contribuyen de manera efectiva a las medidas de sostenibilidad. En el contexto de los centros de datos, esto a menudo se relaciona con los desafíos de refrigeración y la capacidad de refrigeración que el ITE no puede utilizar.

La energía, el espacio y la refrigeración son los principales parámetros de capacidad del centro de datos. La capacidad inutilizada es la capacidad instalada que no se puede utilizar para soportar la carga crítica. Se refiere a los recursos del centro de datos que no están disponibles para su uso. Lamentablemente, la mayoría de las veces, ni siquiera se sabe si se tiene capacidad inutilizada o, si la hay, cuánta hay.

Si bien se espera que las cargas críticas se renueven, actualicen o reemplacen durante la vida útil de las instalaciones de los centros de datos, los servidores más antiguos, sin certificación Energy Star o ineficientes que aún están encendidos, pero que ya no se utilizan, continúan consumiendo recursos de energía y refrigeración.

Los activos parados también incluyen redundancia excesiva o baja utilización de las opciones de redundancia, falta de diseño escalable y modular y el uso de equipos de gran tamaño o iluminación y controles heredados.

Si bien muchos pueden planificar la actualización y evolución del ITE, la falta de coincidencia entre los recursos de energía y refrigeración y los equipos que requieren dicha energía y refrigeración da como resultado inevitablemente activos parados.

Desafiando el techo invisible

Cada centro de datos tiene un techo invisible que limita la cantidad de ITE que puede enfriar. Con el cambio hacia los centros de datos HPC, las instalaciones enfrentan aún más desafíos cuando se trata de tener suficiente capacidad de enfriamiento para igualar (y superar) la demanda de enfriamiento de ITE. A medida que los centros de datos consumen más energía debido a los requisitos de HPC, la infraestructura de enfriamiento debe seguir el ritmo.

Una refrigeración inadecuada puede generar mayores costos operativos, menor eficiencia y problemas ambientales. Es un problema porque impide que los centros de datos alcancen la capacidad de diseño y también les impide ser sustentables y energéticamente eficientes. También es un problema costoso porque la energía de refrigeración desperdiciada no contribuye a la refrigeración general del ITE.

La capacidad inutilizable es energía desperdiciada, enfriamiento de equipos innecesarios y pérdida de refrigeración en áreas que no necesitan refrigeración. La capacidad de refrigeración inutilizable puede incluir aire de derivación (aire de suministro de las unidades de refrigeración que no contribuye a enfriar el ITE), demasiado aire suministrado por las unidades de refrigeración, falta de contención, mala higiene de los bastidores (paneles de obturación faltantes), aberturas sin sellar debajo del ITE con pisos elevados, por nombrar solo algunos.

Combatiendo la ineficiencia

La liberación de capacidad obsoleta mejora la eficiencia energética, reduce los costos y permite aumentar la capacidad del centro de datos sin equipos de refrigeración adicionales. Para evitar convertirse en un activo obsoleto, las organizaciones deben realizar evaluaciones exhaustivas al construir o actualizar las instalaciones del centro de datos. Si bien la causa principal de los activos obsoletos suele deberse a problemas operativos y conflictos de administración o asignación de espacio, la escalabilidad futura, la eficiencia energética y la identificación de la obsolescencia de la tecnología deben tenerse en cuenta en los cambios o actualizaciones estratégicos.

La falta de medición y métricas puede contribuir significativamente a que el centro de datos sea ineficiente. Para combatir esto, se recomienda encarecidamente utilizar un software de monitoreo del centro de datos que ayude a identificar y eliminar el desperdicio de energía dentro del espacio en blanco del centro de datos. El monitoreo y el cumplimiento de las mejores prácticas operativas pueden minimizar el desequilibrio de energía y refrigeración de manera efectiva, pero este debe ser un proceso continuo y actualizado continuamente para reducir el riesgo.

Conseguir ahorros energéticos

La gestión y el control del aire son un requisito previo para muchas medidas de eficiencia energética. Después de todo, el aire desperdiciado es dinero desperdiciado. El ahorro de energía mediante una gestión adecuada del aire se puede lograr de dos maneras. En primer lugar, reorganizando físicamente el espacio para promover la separación del aire caliente y frío. Si bien esta medida por sí sola no ahorra energía, sí permite lograr ahorros futuros. En segundo lugar, se debe tomar una de estas dos acciones: aumentar la temperatura del aire de suministro y/o disminuir el caudal de aire de suministro.

Otras opciones para ahorrar energía incluyen la eliminación de los residuos de los servidores. Los servidores inactivos o sin uso pueden consumir hasta el 60% de la energía total sin ofrecer resultados tangibles. El ITE infrautilizado se puede consolidar, ahorrando espacio y optimizando el uso del ITE que necesita. La virtualización puede ser el enfoque más poderoso de todos, ya que consolida las aplicaciones del ITE infrautilizado en menos elementos y hardware mejor utilizado.

Algunas organizaciones optan por la coubicación o soluciones basadas en la nube para minimizar el riesgo de activos varados al subcontratar sus necesidades de centros de datos a proveedores que se especializan en el mantenimiento de la infraestructura.

En resumen

Abordar el problema de los activos abandonados es fundamental para garantizar que la industria siga siendo sostenible y económicamente viable, sentando al mismo tiempo las bases financieras para su futuro a largo plazo. No tiene sentido permitir que la tecnología de la información ocupe un espacio que no se utiliza, que consume energía, pero no da nada a cambio, o que utiliza energía que afecta y altera el equilibrio medioambiental.