No hace mucho tiempo, el “borde de la red” en muchas organizaciones consistía en unas cuantas sucursales remotas junto a las redes de distribución principales o intermedias existentes.

Sin embargo, esto está cambiando. El borde de la red se ha vuelto cada vez más distribuido, más crítico y más difícil de gestionar, debido a la necesidad de acercar la computación y el almacenamiento a los usuarios y a los dispositivos.

El surgimiento de la red 5G intensificará esta tendencia. En un informe realizado en el 2019, titulado “Un estudio de las compañías de telecomunicaciones revela los temores y esperanzas de la industria: desde los costos energéticos hasta la transformación de la computación en el borde de la red”, la firma de analistas 451 Research reveló que cuatro de cada cinco de los encuestados a nivel mundial ya han implementado o tienen la intención de implementar sitios de computación en el borde de acceso múltiple (MEC) para soportar sus implementaciones 5G. Estos minicentros de datos independientes representan el borde “construido a propósito” del futuro.

Gestionar de forma eficiente esta creciente red de sitios será uno de los principales desafíos que enfrentarán las organizaciones de TI en los próximos años.